domingo, 27 de diciembre de 2009



La flauta despertó a las piedras.
Son esos plateros, labradores, panaderos de otra época.



A veces yo le pongo imaginación a mi ciudad.
Ella se ensancha y recupera sus quimeras.
Los canalones ya no gotean la lluvia del pasado.
Ni las casas viejas abortan a cada rato su historia.
¿Quién es la niña que colecciona hojas secas sobre ese banco?
¿Quién es aquel gitano que rasguea la guitarra junto a su bebé?
Estoy pisando la sal. Y recojo los pétalos.
También aquella sombrilla que se llevó la riada.
Que ahora se lleve la sangre y los pecados.
Mientras la ciudad calla.
Siempre las piedras tan reacias a mostrar sus emociones.
Abrid los balcones miradas de antes. ¿No veis los mismos cedros?
Y despertad vuestros logros.
Cual frutas que maduraron a su tiempo.
Es ese platero. Esa bordadora. O ese comediante.
Y tantos seres anónimos.
Vivid. Vivid de nuevo.
Hoy mis pasos quieren seguir los vuestros hasta la plaza.
Que se llenen de sentimientos los soportales.
De manos tendidas. Felices comensales de barquillos y acerolas.
Sois mi hermano. Sois mi maestro.
Mientras suenan las bandas de otros siglos.


Marina Caballero
Foto: Acera de San Francisco, junto a la Plaza Mayor (Valladolid)
Se desconoce el autor.

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