domingo, 11 de julio de 2010


Mi jardín silvestre





Detrás de la parroquia, en el límite con la cerca, las amapolas, las malvas y las margaritas crecen pasando por entre los alambres hasta invadir la acera. Son la sorpresa agradable, repetida, de mi paseo...
Ya no. Hoy me enfrento a su ausencia tan imprevista como tajante. Ahora, entre la iglesia y la cerca de alambres, sólo queda el terreno baldío, seco, pelado. ¡Qué desolación de acera sin flores!

De Apuntes de un verano, Marina Caballero
Ilustración: Campo con amapolas, 1890. Vincent Van Gogh.
Museo Gemeentemuseum de la Haya.

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