martes, 14 de septiembre de 2010











Sonó a cáscara ligera, y al poco volvió a sonar. Entonces a ella le pareció que algo muy pequeño caía golpeándose contra el alféizar; pero tan sólo miró de soslayo, sin dejar la ocupación, hasta que de nuevo ocurrió otra vez. Fue cuando, no sin cierta aversión, observó por los visillos: el bicho, dos centímetros de largo, una especie de artrópodo con muchas patas, dos antenas y sin alas, ascendía en línea recta por el cristal buscando la salida. Al toparse con el aluminio cayó de nuevo. Entonces se quedó quieto en aquella encerrona de doble ventanal, engañado por un cristal que le mostraba lo que a un tiempo le estaba negando: su libertad. Aún lo intentó varias veces sin éxito; luego ya quedó inmóvil, bajo el sol, sobre el alféizar.
Ahora ella se siente culpable por no haber querido ser (le repugnaba tocarlo) el pequeño dios que lo salvara.

Entre cristales, de Apuntes de un verano. Marina Caballero.

Ilustración: Diálogo de los insectos, 1924. Joan Miró. Colección particular.

jueves, 2 de septiembre de 2010



Arisco mar el que no se remansa en la playa…




Deborah Kerr y Burt Lancaster en De aquí a la eternidad, película dirigida por Fred Zinnemann en 1953.